En la plaza de Armas de Lima |
Panorámica de la plaza de Armas |
La gran plaza de Lima estaba abarrotada de limeños devotos que querían ver a su cristo. En la plaza se encuentra la catedral, el palacio arzobispal y el palacio del gobierno, donde la guardia cambia todos los días a las 12, menos el que estuvimos nosotros.
Balconada del palacio arzobispal |
Lo que más me gustó de la plaza Mayor de Lima fue el color amarillo de los edificios y las espléndidas balconadas (que a mi madre le encantarían), especialmente las del palacio arzobispal.
Causa de atún |
Como el hambre apretaba ya, fuimos a tiro hecho, justo en una calle paralela hay un montón de restaurantes que ofrecen un menú bastante amplio por unos 23 soles. Comimos en el restaurante La otra salsa, donde también tiene menú vegetariano y végano. Ahí es donde degustamos por primera vez la causa (que es una especie de sandwich de patata machacada con especias y relleno al gusto: atún, carne, gambas), el pisco y la inca cola (Perú es en el único país donde la coca cola no ocupa el primer lugar en este tipo de bebidas).
Bebiendo una cuzqueña y comiendo un arroz con marisco |
Después de comer de maravilla, bebernos un par de piscos, varias cuzqueñas (una de las cervezas de Perú) y algún que otro cóctel, nos dirigimos a hacia la plaza de San Martín. Antes paramos a cambiar dinero. Cambiamos donde Don Pablo: un hombre bajito, pero de confianza. En Perú hay mucha gente que te cambia dinero de forma oficial en medio de la calle. Parece un poco raro e inseguro, pero luego te acostumbras.
La plaza de San Martín es una plaza muy viva, donde hay gente muy peculiar y de todo tipo: monologuistas, predicadores de no sé que religión y pecados, vendedores, etc. De toda esta gente, creo que con el que me quedo es con uno que imparte clases diarias (o por lo menos los dos días que pasamos por ahí estaba) a quien le quiera escuchar. Y hay muchos, aunque un 99,99% hombres. El hombre habla de economía, filosofía, los errores de la biblia, el cambio climático… No todo lo que dice creo que sea cierto, pero me parece muy interesante el hecho de que la gente vaya ahí, participe, pregunte, escuche, se cree un debate. Aunque como en todos los sitios, el orador siempre lleva la conversación al término que él quiere.
Orador de la plaza de San Martín |
Como curiosidad de esta plaza, y para terminar ya casi con la visita a Lima, decir que esta plaza en la estatua del medio tiene en la base de la misma una mujer, con un casco con llamas, pero no llamas de fuego, sino el animalito tan típico peruano. Fue un error del artista español que lo hizo, que confundió la llama de fuego con la llama animal.
Plaza de san Martín |
Lima dio poco más de sí. Volvimos al hostal en colectivo por todo Arequipa. Por la noche nos encontramos con Pablo (no confundir con el que nos cambió el dinero en una esquina de la plaza de Armas), el último componente del cuarteto y fuimos a cenar una parrillada por Miraflores, cerca del parque Kennedy (donde hay un montón de resturantes) con unos conocidos expatriados en Lima.
EDUARDO
23 noviembre, 2013 at 3:35 pmHola Flavia
Bonito comienzo narrativo del viaje a Perú. Tiene muy buena pinta "la causa de atún", se me hace la boca agua (y eso que hace una hora que he terminado de comer). Creo que me encantaría Perú. Un país en el que la bebida nacional no es la Coca Cola, merece mucho la pena, je, je.
Bueno, ahora que ya os habéis reencontrado toda la expedición internacional en Lima, el viaje prometo. Espero ansioso las próximas entregas de este super viaje.
¿Que tal ha ido la vuelta a la normalidad?. ¿Sindrome post-vacacional o totalmente adaptados a la rutina?
Bicos desde Galicia
Flavia
3 diciembre, 2013 at 8:44 am¡Hola Eduardo!
La vuelta, como todas, ha sido bastante dura. Pero ya estoy pensando en el siguiente viaje.
La comida en Perú es muy rica y variada y estoy segura de que el país te encantaría. Creo que deberías añadirlo a tu lista de siguientes destinos.
Saludos desde Alemania,
Flavia