Český Krumlov es una de las ciudades más visitada de la República Checa y puede que la más bonita. Bañada con edificios góticos, renacentistas y barrocos, esta población de a penas quince mil habitantes tiene uno de los meandros de río más retorcidos que se pueda ver en una ciudad, haciendo incluso que el río Moldava pase dos veces por la cuidad.
Český Krumlov
La ciudad no tiene aeropuerto, así que si quieres venir tienes que coger el tren, un autobús o alquilarte un coche. Nosotros llegamos en coche desde Stuttgart y nos alojamos en Ubytování Ferda por 30€/noche la habitación doble. El hostal no está en el centro, pero las instalaciones son nuevas y los dueños son muy amables aunque no hablen otro idioma que no sea el checo. El desayuno cuesta 3€ y es bastante abundante. Para llegar al centro se tarda unos 15 minutos andando tranquilamente. Otra cosa buena de este sitio, es que pudimos dejar el coche en su parking aunque ya habíamos hecho el check-out y no tuvimos ni que buscar ni que pagar uno en el centro.
Plaza de la concordia |
Lo que más destaca de Český Krumlov es su castillo. Pero antes conviene pasarse por la plaza de la Concordia (que es la principal) y coger un mapa en castellano con una pequeña explicación dela ciudad o mirar alguno de los puestos que suele haber con artesanía local.
Río Moldava |
Recomendaría perderse un poco por las calles e ir callejeando siguiendo el río para conseguir las mejores vistas de la ciudad con el castillo de fondo. Por el casco histórico hay numerosas casas con las fachadas pintadas. Otro punto importante de la cuidad es la iglesia de San Vito, que no es tan bonita de cerca como de lejos. Puede ser porque de lejos armoniza con el resto de edificaciones de la ciudad.
Iglesia de San Vito |
A la iglesia de San Vito se puede entrar gratuitamente, así que aunque no seas mucho de iglesias, entra.
Yo con el castillo de fondo |
Antes de subir al castillo, se puede dar un pequeño y tranquilo paseo por la vera del río donde se pueden encontrar alguna escultura de un artista local obsesionado con los dedos de los pies.
Picaporte con dedo en el castillo |
Una vez ya en el castillo hay varios tickets que se pueden comprar:
- Torre y museo: se pueden comprar las entradas por separado. Nosotros visitamos las dos cosas aunque la del museo la podíamos haber evitado. Subir a la torre si que merece la pena por las vistas de la ciudad.
- Tour nº1: incluye los interiores del castillo de las épocas renacentistas y barrocas, la capilla y los carruajes y la sala de máscaras
- Tour nº2: se pueden ver las dependencias del siglo XIX y la pinacoteca
- Tour nº3: el del teatro, que lamentablemente queríamos entrar pero no pudimos porque abre a partir de mayo. Si estáis por ahí yo recomendaría entrar por su autenticidad.
- Jardines: cuando fuimos nosotros los estaban empezando a arreglar poniendo flores, podando los setos y limpiando las fuentes. Supongo que, como cualquier otro jardín palaciego, a partir de mayo merezca la pena hacer una visita.
Las entradas de la torre y del museo se compran justo debajo de la torre, para el resto de tickets hay que ir al siguiente patio.
Dentro del primer patio del castillo |
Decidas o no hacer algún tour, darte una vuelta por los patios interiores del castillo es casi obligatorio. Si entras por la entrada de la torre principal, y si tienes suerte, puedes ver en el foso unos osos. Esto lo digo de oídas, porque no fuimos tan afortunados como para verlos.
Vistas yendo a los jardines |
Y ya toca volver a bajar al centro del pueblo, donde puede degustar el típico dulce checo: Trdelník.
Otra más del coqueto castillo. |
České Budějovice
Y si todavía no te has cansado, se puede ir a České Budějovice, que está a media hora en coche. No es que tenga gran cosa a parte de su plaza de Přemysl Otakar II, que es la segunda más grande de este país.
Vista de la plaza desde la torre |
Como cuando llegamos empezó a jarrear (¡qué raro en semana santa!), esperamos a que escampara en un bar de la plaza a tomar una de las cervezas más famosas del mundo, una Budweiser. Bueno aquí hay un poco de disputa entre el nombre, porque teóricamente existen tres Budweiser: la americana y dos checas (Budweiser Budvar y Budweiser Pivovar). Aquí lo que vale es tomarse una de esas cervezas en el pueblo que les da nombre ¿o me equivoco?
Fuente de Sansón en la plaza principal |
Cuando dejó casi de llover, dimos una vuelta a la plaza, donde se encuentran todas las atracciones turísticas del pueblo y subimos a su torre más alta, la torre negra con sus 225 escalones y sus dos campanas: Marta y Budweiser.
Smiling in the rain |
Cuando terminamos, nos pusimos camino a Kutná Hora, a dos horas de este pueblo y no muy lejos de Praga.
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