Aunque ya he hablado de Arequipa en el post anterior, el monasterio de Santa Catalina creo que se merece un a parte. Por una parte porque es un pueblo dentro de la una gran ciudad y por otro lado por las fotos del sitio.
Silencio desde la entrada al monasterio |
El monasterio de Santa Catalina se fundó en el siglo XVI como un monasterio de clausura donde iban las hijas de los nobles españoles. Por eso, al tener financiación de sobra y ser de clausura, se construyó la pequeña ciudad que hay entre sus muros: calles, parques, casas comedores…
El claustro azul |
La entrada cuesta 35 soles y se puede contratar una guía que te explicará todo por 20 soles. Nosotros lo hicimos y creo que merece la pena.
El lavadero |
Como al principio el monasterio era solo para ricachones, las monjas tenían incluso sirvientas (dependiendo de lo ricas que fueran sus familias). Había también aulas para las monjas que tuvieran hijas.
Los colores del monasterio |
Pasear por sus claustros coloridos y floridos o por sus calles es una gozada, sobre todo si se hace sin muchos turistas. Las calles tienen nombre de ciudades españolas y yo encontré la mía.
Yo en mi calle |
No me extraña que no salieran fuera, vivían como reinas aquí dentro. En un entorno así incluso te planteas la clausura (por unos días).
Calle del monasterio |
Aunque ahora ya no tienen estos lujos. Siguen viviendo en clausura, pero más modestamente.
Patio con fuentecilla |
Y si te entra hambre o sed, hay un bar-restaurante muy cerca de uno de los jardines del monasterio.
Jardín |
Como habéis visto en las fotos, predominan los colores azul, rojo y tierra, que junto con las flores y las callejuelas hacen de esta una visita de lo más agradable.
Habitación de una monja |
Así que si estás en Arequipa, no te puedes perder este monasterio (aunque el precio no sea demasiado barato).
Entrada a un claustro/patio |
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