Bali, la isla de los dioses. Esa isla soñada por todos los viajeros. ¿Quién no ha fantaseado alguna vez con pasarse una larga temporada aquí? Pero, ¿realmente sabemos lo que nos espera? Esta isla es adorada por los surfistas australianos y tiene la forma de hinduismo más extraña que encontraras. Rara mezcla, ¿verdad? Pues así llegué yo a Bali, sin saber mucho de lo que me iba a encontrar, pero con muchas ganas de explorar esta pequeña isla de los dioses.
Primer contacto con Bali
Volamos a Bali desde Flores. Desde la altura, pudimos observar de nuevo el volcán Kelimutu con sus tres lagos, disfrutar las formas caprichosas de Nusa Tenggara y de sus aguas azul turquesa. Pero también nos dio tiempo a preparar nuestro primer día en Bali. Durante nuestra aventura por Flores, casi todos, por no decir todos, los viajeros que nos encontramos nos habían desanimado un poco respecto a Bali. Todos decían que estaba sobre valorada y que se quedaban sin dudarlo con mi isla preferida. Aún así, nos dijeron un par de lugares que sí que les habían gustado realmente y los anotamos como un tesoro. Elegimos uno de esos lugares unos minutos antes de aterrizar: la playa de Balangan. Pero ¿cómo llegar ahí? Ni idea. El transporte público en Bali es casi inexistente o no tan bueno como el de Flores (ejem ejem) y, como bien dijo Irene de Mundo Turístico, Bali es complicada para el viajero independiente a lo que transportes se refiere.
Así que, a falta de información, nos pillamos un taxi hasta esta playa (100.000 Rp). La playa de Balangan es extensa, ancha y está ubicada entre dos acantilados. Como en muchos sitios de Bali, Balangan está llena de surferos, pero no está demasiado masificada. Incluso se puede decir que es tranquila. Por toda la orilla hay alojamientos muy baratos. Algunos son unas simples habitaciones con pareded de bambú, otros tienen algún lujo más, como ventilador y baño privado. La que más nos gustó fue la una al final de la playa. Por 200.000 Rp la noche teníamos una habitación que, aunque no tenía nada destacado, estaba bien.
Después de desayunar para reponer fuerzas y darnos un chapuzón entre surfistas, buscamos un moto par alquilar. No fue tarea fácil. Todas estaban alquiladas. Por fin encontramos una moto por 60.000 Rp, algo más de lo que quería haber pagado, pero no había manera de bajar el precio. No quedaba otra.
El templo de Uluwatu
Literalmente Uluwatu significa roca al final de la tierra. El templo (o Pura) de Uluwatu es lo que es: un templo sobre un acantilado al final de Bali. Se encuentra en una de las zona más orientales al sur de la isla y es uno de los templo más famosos, sobre todo al atardecer.
Vista de los acantilados desde Uluwatu |
Pero nosotros decidimos ir cuando el sol estaba todavía en lo alto. Llegamos ahí gracias a nuestra intuición, un par de señales que vimos y un par de preguntas. No es muy difícil, pero para ser nuestra primera vez en Bali con moto no se nos dio mal. La entrada al templo de Uluwatu cuesta 20.000 Rp y deberás cubrirte las piernas. Si llevas pantalón corto, te darán un pañuelo grande para que te cubras.
Estatuas de Uluwatu |
Al templo en sí, si no eres hinduista, no podrás entrar. Pero las vistas desde el acantilado te dejarán sin palabras y se te olvidará este pequeño inconveniente. No pudieron buscar otra ubicación mejor para Uluwatu. Si te quedas mirando un buen rato al horizonte, te parecerá que el cielo y el mar se juntan en uno solo.
Impresionante acantilado de Uluwatu |
Mucha gente visita Uluwatu al atardecer, pero no queríamos conducir de noche, así que regresamos a nuestro hogar.
Atardecer en Balangan
Había sido un día largo. Nos habíamos levantado a las 5 de la mañana para coger el vuelo desde Maumere a las 6 y pico. Nuestro cuerpo, después de ver el templo de Uluwatu nos pedía un poco de relax en la playa con una cerveza entre las manos. Y como hay que escuchar a nuestro cuerpo, volvimos a Balangan a complacerle. ¡Qué bien nos sentaron estos momentos de relax!
Relajándome en Balangan |
Con una Bintang fresquita, despedimos al sol desde la playa de Balangan. Puede que el atardecer no fuera tan espectacular que desde Uluwatu, pero no nos dejó indiferentes. No parecía la misma playa en la que habíamos estado por la mañana. Ahora la marea estaba baja, casi no había nadie en el agua y las clases de surf habían dado paso a gente paseando, y relajándose tranquilamente.
Atardecer en Balangan |
El día dio para poco más. Cenamos tranquilamente escuchando el mar en nuestro hotel. Esta zona es muy tranquila por la noche y, al contrario de lo que me hubiera imaginado, no se escuchaba más que el sonido de las olas al romper contra el mar.
El Caldero de Nimue
11 mayo, 2016 at 5:00 pmMe encanta cómo cambia una playa con las mareas, y eso es algo que no siempre tiene uno la posibilidad de apreciar, a no ser que pases mucho tiempo en la misma playa.
Qué pasada el templo, y qué pedazo de vistas, de verdad. Aunque, ¿cómo hacen para saber si la gente es hinduísta o no?
Bueno, pues otra semillita plantada en el jardín de viajes pendientes….: ¡Bali!
Flavia Around the World
12 mayo, 2016 at 6:52 amPues no sé muy bien cómo se sabe si alguien es hinduísta o no. Puede que se te note en las venas 😛 A lo mejor si entras y "no sabes lo que hacer" se dan cuenta.
Sí las vistas son tremendas y ver la playa tan cambiada me sorprendió mucho y me gustó.
Creo que como sigamos plantando semillas de viajes, vamos a tener un jardín que no nos va dar tiempo a ciudar decentemente jajaja
Un beso,
Flavia
El Caldero de Nimue
24 mayo, 2016 at 6:43 pmJajjaa no había visto esta respuesta…Pues sí…¡Tantos destinos y tan poco tiempo! 🙂
Flavia Around the World
1 junio, 2016 at 8:03 pm😛 Necesitamos un multiplicador de días de vacaciones jiji
Irene Somoza
1 junio, 2016 at 11:21 amQué bueno este recorrido 😉
la playa no la conozco, yo creo que fui un poco más abajo y me he acordado al instante la locura que fue llegar a alguna de las playas del sur… pero después, cierto es, merecían la pena. Bali es una isla de contrastes, difícil de encajar por la mella que ha hecho el turismo en ella, pero la verdad es que yo ahora la recuerdo con muchísimo cariño, aunque quizás más la zona de Ubud. ¡Aunque incluso echo de menos los atardeceres de Kuta! a mi novio le encantaba…
Me encantan las fotos también!!!
un besote,
Ire
PD. Gracias por la referencia 😉
Flavia Around the World
1 junio, 2016 at 8:02 pmMe acordé mucho de ti y del post que en el que comentaste lo difícil que es moverse por Bali. Al principio no me lo quería creer, porque mi mente decía ¿cómo un lugar con tanto turismo no va a tener buenas conexiones de transporte público? Ahora creo que sé por qué es. Porque no les interesa.
Quitando estas pequeñas cosas, Bali es un isla con muchos contrastes y con tantas opiniones como turistas (o viajeros) lleguen a ella. Ahí está el encanto.
Un beso,
Flavia